Bitácora de Manne, backstage del personal de Spilled Coffee on a fic

Llegué a la barra de la cafetería con tres minutos de atraso. No sabía que cara ponerle a mi jefa luego de una larga ausencia a causa de una triste enfermedad llamada: certámenes y exámenes de universidad, una patología sin duda que afecta a varias meseras en esta época, pero al entrar soy recibida por mi jefa: JNorimaki que lejos de reñirme por no haber explicado mi ausencia me recibe muy atenta y cariñosa.

Lo primero que noté es que no había nadie más que nos hiciese compañía. La cafetería aún no ha abierto, y las meseras de turno aún no llegaban, por lo que mi atraso se veía un poco menos penoso.

Mi querida Nori subió el volumen de la música y entonces reconocí a Lady Gaga con su hit Alejandro, un tema que sin duda me trae recuerdos.

Nori me invita a sentarme junto a ella y a beber un buen café mientras me pide que explique mi ausencia. Confieso que estaba algo nerviosa, pero sin darnos cuenta, de café en café y ante la ausencia de las otras meseras, comienzan a salir temas interesantes, ya nada que ver con mis faltas.

—¿Por qué te gusta el nickname de JNorimaki o Norimaki? —

Dije mientras bebía mi Mocca extra fuerte.

Ella sonríe mientras que con la punta de su dedo acaricia el borde de la taza de café.

Mantengo la mirada para ver si su expresión develaba alguna pista de la posible respuesta, entonces ella vuelve a sonreír mientras me mira como si estuviese jugando a las apuestas.

—Bueno, este…— sonrió —.  Resulta que cuando chica estaba, media un poco, obsesionada con el personaje principal de la serie Dr Slump (Arale Norimaki) y cuando entré al mundo virtual me hice mi msn con el nombre, facebook, mail, etc...  y me hacia llamar "arale", en ese entonces era conocido el nick así que comencé a usar el apellido y eso —añadió con una sonrisa — por eso Norimaki =D (además que mi nombre real lo encuentro chul...que me perdone mi padre que me puso el nombre, pero es cierto) —rió mientras bebía el último sorbo de su café, un Latter, a pesar de su debilidad de estomacal.

Seguimos conversando de la vida, desde los temas más mundanos hasta los más interesantes, sin caer en la política ni el la religión, después de todo era mi jefa y no quería estar de patitas en la calle, así que mejor hablar de otras cosas… y sin darnos cuenta terminamos hablando de nuestras anécdotas de pequeña, las cosas que nos contaban nuestros padres que hacíamos, esas típicas travesuras infantiles.

Mientras mi jefa me servía otro Mocca, yo procuraba recordar que ella era mi jefa, pero a pesar de todo, ella amablemente me confesó una de sus graciosas anécdotas.

—Cuando era pequeña y estaba jugando o haciendo otras cosas, mi mamá solía llamarme diciendo: “Jenny, ven”, entonces yo obedientemente, como la niña que fui, iba donde mi mamá, Ok, esto es típico de niños —añadió —. Cuando me preguntaban mi nombre decía: “Jennyven”, porque creía que así me llamaba, así que ahora, todavía, me molestan con “Jennyven” en vez de Jennifer, cosas de la vida no más —rió bebiendo su segundo latter.

Entonces me correspondió confesarme a mí, pero como no va al caso no diré nada al respecto.

Estábamos charlando cuando sonó el timbre del local, me ofrecí a abrir la puerta y Nori me lo permitió muy amablemente, pero cuando terminé el breve acto de abrir la simple puerta casi me da un soponcio al ver allí a un repartidor de pizza, nada que envidiarle a los bien puestos músculos de Taylor Lautner, hasta diría que tenia el mismo estilo de sonrisa y mirada dulce, pero mi reacción no fue nada al lado de la expresión impagable en el rostro de mi jefa, pues literalmente estaba en shock, sonrió todo el tiempo, pagó la pizza sin darse cuenta que le había entregado dinero de más y cuando el repartidor de pizza, que sin duda mi jefa quería ver como algo más que eso, se marchó, escuché entre el suspiro de Nori un claro: “me pasaría todo el tiempo mirando esa puerta”

Fue allí cuando una luz en mi mentecilla se prendió y para lograr caerle mejor a mi jefa, en una de esas lograba ascenso, le pregunte sobre su pasatiempo favorito.

—Creo que tiene que ser un pasatiempo favorito el estresarme con las cosas de la comunidad de Crepúsculo Chile, por algo lo hago ¿No? —lo último pareció una pregunta hacia ella misma y ambas reímos por eso, creo que el shock por el repartidor –imitación Taylor Lautner- de pizza aún surtía efecto.

En vista y considerando que tenía un amigo que estaba mil veces mejor que él y que me podía servir para obtener una subida milagrosa de sueldo, decidí preguntarle a mi jefa un par de cosillas a ver si podía sacarle ventaja a la amistad de años con este chico y en una de esas hacer de casamentera por un rato.

—¿Qué tipo de hombres te gustan? ¿O que tiene que tener un hombre para que te atraiga a simple vista?

Nori abrió la caja de Pizza y me invitó a compartir el deleite de probar el extra queso.

Un silencio rotundo inundó a la cafetería luego de mi pregunta y los ojos de mi jefa se desviaban hacía la puerta, sin duda el “motivo” era claro.

—No sé, cara, manos y brazos —dijo sin hilar pensamientos —. Aunque una voz de esas que te derriten —imagine una estilo Barry White o Tom Jones — no está nada mal.

—¿Ninguna exigencia de ser moreno o rubio? —añadí por curiosidad mientras mordía el trozo de pizza.

—Nah —hizo un gesto con la mano quitándole importancia —. Eso da lo mismo. Creo que una sonrisa con dientes decentes no sería mucho pedir, porque me cargan las ensaladas de dientes.

 Ya me hacía imaginando una ensalada de dientes, no en un rostro, si no como ensalada. Ok, mi mente maquina todo lo que se dice, todo lo imagino… soy terrible y creo que por mi rostro mi jefa lo notó.

Empezamos a hablar de hombres, si, un tema un poco agotado entre féminas, pero que nos encanta por el simple hecho que creamos al hombre perfecto que sólo existe en nuestra propia imaginación, pues como dice una frase popular: Del dicho al hecho hay mucho trecho, aún así no quito mis esperanzas de encontrarme un Mr. Darcy por estos lados.

—¿Crees que somos el sexo fuerte o el sexo débil? —dije por mera curiosidad, pues toda esta información recabada iría a parar a los oídos de mi amigo que me salvaría de un inminente despido por incumplimiento de contrato…

¡¿Quién me entiende?! Hace dos minutos hablaba pestes de los hombres, pero necesitaré a uno que convenza a mi jefa para que me tenga en alta estima… ¿Sería la Srta. Nori una chica que se deje convencer? Anoté esa pregunta para la posteridad.

—Nunca entendí a que se refieren con eso de debil y fuerte. Si fueramos, el sexo debil, entonces ¿Por qué nos toca parir?

—¡Exacto! —añadí emocionada al oír aquello— pero voy al hecho si a tu consideración somos más fuertes o más débiles que los hombres.

—Somos lo mismo, tenemos funciones distintas, nos complementamos que es distinto a decir que uno es superior al otro, aunque dicen que en unos cuantos millones de años los machos van a desaparecer y las mujeres seremos capaces de reproducirnos hermafroditamente o algo así, lo cual considero super malo... si es de lo más recreativo reproducirse —sonrió.

¡Punto para mi jefa por su última frase! Quizá solo por eso les perdonaría todo el resto a los hombres…

Seguimos disfrutando la pizza y hablamos de lo que una mujer debía ser o llegar a ser, nuestras mentes volaban en numerosos temas y al parecer a cada instante habían nuevas ideas y cosas que preguntar.

—En diez palabras no hiladas ¿Cómo te definirías? —le pregunté luego de beber mi —ya perdí la cuenta— mocca.

Luego que le costó bastante decidirse en escoger diez, dijo irrumpiendo el silencio.

—Estresada, acaparadora, cítrica, mandona, niña, infantil, dramática, enojona, violenta, psicópata —rió.

Me quedé pensando en su descripción por un tiempo considerable y de la nada me salió una pregunta.

—¿Qué no perdonarías nunca bajo ninguna circunstancia? —algo tajante mi pregunta, pero mi curiosidad todo lo puede…

—No sé, creo que dependería de la persona y de lo que hiciera, por ejemplo si mi hermana viniese un día y me dijese que tiene un tumor y al rato me diga que es broma, obviamente, la mato, si fueses tú, sólo diría que estas loca —sonrió —. Pero si tu vienes y asesinas a mi hermana te mató y si ella te mata a ti simplemente la hago pagar con cárcel.

Nota mental: No matar a la hermana de Nori.

—¿Cuál crees sería el peor defecto y la mejor virtud? En general.

—El mayor defecto sería creer que todo el mundo te tiene envidia y… —pensó un poco más —. La mayor virtud es saber amar, no querer, si no saber amar y de la manera correcta.

Al parecer ninguna chica se dignaría a parecer por la cafetería y la conversación entre mi jefa y yo estaba bastante interesante como para darme cuenta que llevábamos dos horas hablando de todo tipo de temas.

Hasta terminamos hablando de los fanfiction y los libros, tema muy recurrente, pero que increíblemente hasta hora no había aparecido.

—¿Por qué a veces preferimos un Fanfiction y no un libro? —añadí.

—No lo sé, no veo por qué haya que preferir un fanfiction en vez de un buen libro, pero confieso que elijo leer fanfiction porque sueño con encontrar una Stephenie Meyer —rió.

—¿Qué condimentos tiene que tener un libro para que te llame la atención?

—Una buena historia, indudablemente, pero tengo cada lectura, hay súper poco en común entre ellos. No busco romance, no busco acción, no busco plantemientos filosoficos, no busco autoayuda... busco una historia... da lo mismo si es un vampiro enamorado de una humana o un grupo de ancianos en un asilo durante la segunda guerra mundial... me interesan las lecturas que puedan contarte historias que podrías creer son ciertas, personajes que parezcan vivos y no sólo uno de tantos estereotipos ... y digo lecturas porque es exactamente lo que busco en los fanfictions tambien.

Nos recomendamos libros, fanfictions, criticamos algunas historias y hablamos de los gustos en general, como siempre yéndonos por las ramas casi todo el tiempo.

—Nori —dije para traer su atención ya que se debatía entre otro Latter o un té —¿Qué significa esta cafetería –Spilled Coffee on a fic – en tu vida?

—Significa un montón de cosas... pocas veces he comenzado cosas desde cero, generalemnte tomo una idea y la mejoro, pero esta cafeteria es única en estilo y contenido... me enorgullece haber twitteado la idea que la hizo nacer, por otro lado es mi estress agregado y mi fondo de retiro... cuando necesito una lectura voy al blog y escojo un fic... que era lo que queria desde un principio... me encanta tener esa reserva, me emociona ver la cantidad de gente que entra y que nos cooperen con tanto entusiasmo... amo hasta nuestra anonima que nos criticaba para hacernos mejorar —ríe con entusiasmo.

—Nori —le dije —. Cambiando un poco el tema ¿Qué nadie piensa venir a trabajar hoy?

Había pasado cerca de tres horas y ninguna mesera se había dignado a aparecer, ni siquiera clientela.

—Este… —dijo un poco contrariada —. ¿No leíste el cartel que estaba en la puerta?

—¿Cuál cartel? —no había visto ningún cartel.

—El que decía en letras gigantes: Cerrado por el día —rió.

—¿En serio?

—No, cariño, en broma —sonrió.

Entendí el sarcasmo.

—Incluso les mandé un correo para cada una, la idea era que no apareciesen hoy por estos lados —sonrió amable.

¿Por qué no debíamos aparecer hoy? Era un día común y corriente…

Entonces todo calzó a la perfección y la vergüenza afloró, una vez más, en mis mejillas, con razón el vendedor de pizza señaló que el preparado era para dos y se mantuvo allí más de lo usual… ¡había arruinado la “cita” de mi jefa…!

¡Bien, Manne! Buscabas caerle bien y ahora de seguro te detesta por hacerle perder tres valiosas horas de conversación mundana en vez de tener una “conversación” más interesante con el repartidor de pizza estilo Taylor Lautner, sonrisa perfecta, ojos dulces y todo lo demás…

Por lo menos algo saqué en limpio… conozco más a mi jefa, que, ha pesar de querer matarme, nunca hablo de despido.

Ni siquiera mi amigo me sería útil ahora… bueno de algo me sirvió el planchón de hoy... una anécdota más, una anécdota menos, todo se iba escrito a: Bitácora de Manne, backstage del personal de Spilled Coffee on a fic