24 febrero, 2012

Besando Ranas - Nekbhet


Nombre del fic: Besando Ranas
Nombre de la Autora: Mekbhet
Enlace del fic: Besando Ranas
Enlace de la autora:  Nekbhet
Género(s): Romance
Clasificación: Latte (K+)
Número de capítulos: 26 (Terminado)
Personajes: Bella y Edward
Summary: Quiero agradecerle al Sr. Banner por equivocarse de rana. Quiero agradecerle a la rana por escupirme. Quiero agradecerle a los Quileute por enseñarte sus costumbres. Gracias a ellos me di cuenta de mis sentimientos. Te amo Bells.

Nota personal:

Un día muy atareado, las ordenes iban y venia, y hoy si llegue temprano y sin contratiempos, ni torpezas, reí en mi interior. Capaz que si un poco pensativa, hoy era el día, debía saber el nombre de aquel muchacho de los ojos hermosos.

Aquel que no podía quitar de mi cabeza ni por un instante, tal vez piensen algunos que exagero demasiado, pero mi corazón me dice lo contrario, ya que es exactamente lo que pienso.

- ¡Paula! – Gritó una de las chicas – ayúdame por favor, lleva este pedido a la mesa 5 – dijo pasándome un mocca -  y este a la mesa 8 – pasándome galletitas y un pedazo de tarta.

-Enseguida – respondí, y dando pasos grandes, lo más rápido que pude, serví a las mesas, concentrándome solamente en mi trabajo, o tratando.

En un momento vi, que el muchacho entró y se sentó en la mesa 6, su mesa habitual. Trate de ser lo más rápido a atenderle. A zancados, atravesaba a las demás meseras, solo para llegar a él.

Al fin, llegué, después de tantos tropiezos con algunas cosas que estaban en mi camino y otras que se cruzaban. Pero ya estaba frente a él, no sabía que decir primero, buscaba las palabras en mi mente, pero esta se encontraba en blanco.

-Buenos días – dije lo primero que se me paso por la cabeza – ¿Que se le ofrece?- pregunte amablemente.

- Un mocca y con un pie de limón – ordeno sin titubear, ya que solía hacerlo cada vez que hablaba con él.

- Ya enseguida – dije y rápidamente me di la vuelta para traer su orden. Dicte la orden a la chica que se encontraba en el mostrador, y me senté en una silla que encontré vacía, esperando la orden.

En ese momento podría decirse que me encontraba en otro mundo, con mi cuerpo presente pero la cabeza en las estrellas. Pero en realidad, no sabía ni en que pensaba ese instante, todo estaba en blanco.

-Tu orden – me dijo la chica sonriente.

-Gracias- respondí y salí prácticamente corriendo hasta la mesa 6, hasta llegar.

-Aquí esta su orden – y la baje en la mesa, y salí de ahí sin darle tiempo de decir nada.

Justo en ese momento me llamo mi jefa para hacer la recomendación del día, como siempre fui junto a ella y presente mi especial.

-Buenos días a todos- salude poniendo mi mejor sonrisa – Hoy les traigo un latte, cargado de romanticismo. La historia se llama “Besando ranas” de Neckbeth, espero que lo disfruten:

La historia se trata de una chica llamada Bella, quien vivía en La Push, bajo las enseñanzas quileute. Ya que sus padres, Charlie y Renne, decidieron vivir allí.

Hasta que un día, un trágico accidente llevo a sus padres, quedando bajo la tutela de Carlisle y Esme Cullen. Pasando a ser una rostro pálido  quileute.

Ella era una chica muy educada y refinada, aunque aún conservaba los conocimientos que había aprendido de la tribu. Asi siendo casi sus hermanos, Alice, Emmett y Edward.

En una clase de biología, les toco diseccionar una rana, pero la rana que le toco a Edward era diferente, era venenosa. Bella automáticamente se dio cuenta, salvándole la vida a Edward.

¿Habrá sentimientos encontrados entre ellos?

Les adelanto un poco:


El profesor Banner ya había empezado a repartir las ranas, con un equipo de anestesia y otro de bisturís para el ejercicio.
Me quede mirando mi rana, mientras la clase seguía con el alboroto y después mire la rana de Edward. Tenía algo diferente. Era de color verde amarillento, con algunas manchas de un amarillo más intenso. De pronto, reconocí esa variedad de anfibio y me levante de mi asiento de un golpe, la sangre se me heló en las venas y mi rostro mostraba el miedo. Edward se asusto al verme.
-Levántate despacio y apártate de la mesa, ¡Sr. Banner!- Dije sin apartar las vista del animal.
-¿Que ocurre Bells?- Me pregunto Edward, obedeciéndome.
-Ni te muevas, esa rana es peligrosa- Le advertí. -¡SR. BANNER!- Volví a gritar, mas fuerte esta vez, atrayendo así la atención de casi todos los presentes, incluida la rana.
-Sta. Swan, ¿cuál es la urgencia? Las ranas no muerden- Me dijo el profesor molesto por haber gritado.
-Esta rana es venenosa, profesor- Le dije.
-Eso es imposibl... ¡OH DIOS MIO!- Dijo el profesor, quedándose helado en su posición al ver la rana.
-Vamos Edward, apártate de la mesa muy despacio, con movimientos lentos- Le dije mientras le empujaba para que se moviera.
En una fracción de segundo, ocurrieron tres cosas:
1º- Edward empezó a moverse, atrayendo así la atención de la dichosa rana.
2º- Esta, a su vez, al ver el movimiento "escupió" su veneno en nuestra dirección.
3º- Instintivamente, empuje a Edward con fuerza, tirándolo al suelo y cayéndole yo encima.
-¡NO! no, no, no, no ¡Por dios, no! Edward, mírame!- Vi como el veneno se mezclaba en su pelo, por encima de su oreja. Le gire la cabeza para que me mirara, si ese veneno tocaba su piel, estaría perdido.
-Vale, tranquilo, confías en mi, ¿a que si?- Le dije, mirándole a los ojos e intentando transmitirle calma. Tenía que actuar rápido. Me quite el pañuelo que llevaba a modo de diadema y con sumo cuidado arrastre todo lo que pude el veneno, mientras el Sr. Banner tapaba la rana para deshacerse de ella.
Me levante del suelo seguida por Edward, le cogí de la mano y lo arrastre hasta los lavabos de chicas, acercándonos a los lavamanos.
-Inclínate, debemos quitar los restos de veneno. Le dije abriendo el agua para que corriera fresca.
Sabía que esto me traería malas consecuencias, pero no iba a permitir que Edward sufriera un envenenamiento, total, no sería la primera vez para mi, y sabia que me esperaba. Empecé a mojar su pelo, procurando arrastrar la toxina, poco a poco, el lado derecho de su cabeza se iba quedando empapado.
-¿Como sabias lo de la rana?- Me pregunto.
-Aprendí a distinguirlas en la reserva. Han invadido el espacio natural de otras especies, matándolas y debemos eliminarlas. La mayoría de la gente no las conoce, son bonitas a la vista y lo cierto es que son extremadamente peligrosas, podrías haber muerto.- Le explique, mientras terminaba de lavarle el pelo y cerraba el grifo. La ultima parte de la frase la dije en un susurro y con el miedo impregnado en la voz, lo cual hizo a Edward estremecerse.
Empecé a notar un cosquilleo en mi mano izquierda, ya sabia lo que iba a pasar, así que me apoye en el lavamanos para no caer.
-Por dios, que susto, ¿en serio podría haber muerto?- Pregunto Edward en un susurro mientras se secaba el pelo.
-Pues sí, con una sola gota de esa toxina en la piel, el envenenamiento se hace presente ... ¿podrías hacerme un favor?- Le dije, con voz temblorosa a causa del efecto del veneno a la vez que intentaba sonreírle para que no se asustara, cosa que iba a ser del todo inútil, ya que lo haría en cuanto me viera retorcerme de dolor.
El asintió en silencio mirándome a los ojos.
Mi brazo ya empezaba a doler, sería cuestión de minutos que empezara a convulsionar.
-Llama a Jacob y dile que ha pasado... y llama a una ambulancia, por favor- En ese momento sujete mi brazo con la mano derecha y caí al suelo de rodillas ahogando un grito de dolor en mi garganta. Ya había empezado el ataque.
Edward entro en pánico al verme. Saco su móvil y llamo. Yo intentaba aguantar el dolor para no empeorar su estado, pero me resultaba sumamente difícil.
Me cogió en brazos y me saco del lavabo.
Mientras todo esto ocurría, la clase de biología se había cancelado. Los alumnos recorrían el pasillo hablando del accidente. El profesor Banner hablaba con el director para deshacerse de todas las ranas, ya no se fiaba que no hubiese más venenosas. Cuando nos vieron salir del lavabo se quedaron helados. El profesor Banner se acerco a nosotros.

  
¡Qué emoción! ¿No? – Reí – Espero que les haya gustado, que tengan un lindo día, los quiero – sonreí - y déjenme un poco de propina – bromee.
En ese momento vi que el muchacho de la mesa 6, ya se había ido, sintiendo un vacio en mi corazón. Lentamente fui a levantar los platos sucios, y entre ellos encontré una servilleta escrita.
“Me encantó tu recomendación, eres la mejor, te quiero”
Mire con extrañeza la servilleta, leyéndola más de 2 veces, guardándola luego en mi bolsillo. Bueno creo que hoy ha sido un día extraño, solo desearía saber su nombre, pero bueno, tendré que conformarme, y ahora creo que me quedare a limpiar.


PD: En la imagen, les dejo el link de mi twitter. Para los que quieren seguirme, jejeje... Las quiero :)

1 comentario:

  1. Oh señor, no me lo puedo creer...
    Estaba buscando una foto en Google y de repente me encontre con una que me llamo la atencion...
    Una portada de mi primer fic, portada que no era mia...
    Investigando un poco he encontrado esta recomendacion y realmente no salgo de mi asombro... He tenido que verlo dos veces para ver que si, SEÑOR!!! ME HABEIS RECOMENDADO!!!

    No sabeis lo contenta que estoy!!! Ainx!! quiero gritar!!! jajajaja.

    Gracias de verdad, no tenia ni idea de que estaba recomendada aqui.
    Solo tengo una queja... Mi nombre es Nekbhet, en varios sitios esta mal escrito (aunque claro, el nombrecito tiene tela...)

    En fin...

    GRACIAS DE TODO CORAZON!!!!

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